lunes, 23 de junio de 2014

El 'come hamburguesas' con aires de mesías.

Hace unos días ha es-tado en España un psicólogo americano promocionando su libro sobre la homosexua-lidad. No voy a nombrarlo ni a él ni a su engendro –faltaría más que encima le hiciera publicidad gratuita–, pero me gustaría dar un tirón de orejas a los editores que publican ciertas cosas. No todo vale. Y no estoy a favor de la censura. Que vaya por delante.
Seguro que se publican millones de artículos, libros pseudo-científicos, etc,  etc, etc, todos los años en todo el mundo que nos haría vomitar y están ahí, en nuestros quioscos, librerías de la esquina, en los grandes almacenes. Estamos rodeados por textos escritos para herir, molestar y dañar. También es verdad que “hace daño el que puede” y este señor que no merecer tal título, yo creo, solo trabaja desde la ignorancia. “Pobretico”.
Personalmente no me molesta ni me hiere: no puede venir a España, un “come hamburguesas” que no ha salido del “armario” a decirnos que él tiene la solución a un problema que no lo es. La OMS (Organización Mundial de la Salud) llegó tarde. Muy pero que muy tarde, pues descatalogó la homosexualidad como enfermedad en 1990, creo recordar. Pero este tío no puede venir “como Pedro por su casa” provocando de manera tan gratuita. Aquí, en España, hasta los muy muy machos se ponen camisas rosas para ir a la oficina y van tan monos. Que empiecen los estadounidenses, que son gente maravillosa, limpiando su “propia mierda” que no es poca y se dejen de gilipolleces, que aquí, en el Viejo Mundo, estamos cansaditos de Mesías y falsos profetas.
Pero es que encima la culpa no la tiene este imbécil. Si hay 4 millones de cretinos en España que opinan como él. Si yo tenía un profesor de Psicología evolutiva en la universidad –que tampoco voy a decir su nombre–, y de eso no hace tanto, que tenía y tiene publicado un libro en el que propone una terapia de conversión de homosexual a normal igualita, igualita que en la segunda temporada de American Horror Story: Asylum.
Que oye, que como novela histórica puede estar bien. Que esas cosan han pasado y no hace mucho. Pero ya no podría ser este “mindundi” el que apareciera en la portada como autor, tendría que ser un historiador o algo así; alguien respetable.
Sinceramente prefiero gastarme el dinero en Las predicciones para la próxima década de Sandro Rey, en el que seguro habrá más honestidad y verdad. Jejejeje.
Todos sabéis a quién va dirigido este artículo, pues ale que le vayan dando por el “orto”, como dirían los italiani, y que se vaya a vender su mierda a Wisconsin.

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