Hace unos
días ha es-tado en España un psicólogo americano promocionando su libro sobre la
homosexua-lidad. No voy a nombrarlo ni a él ni a su engendro –faltaría más que
encima le hiciera publicidad gratuita–, pero me gustaría dar un tirón de orejas
a los editores que publican ciertas cosas. No todo vale. Y no estoy a favor de la censura.
Que vaya por delante.
Seguro que
se publican millones de artículos, libros pseudo-científicos, etc, etc, etc, todos los
años en todo el mundo que nos haría vomitar y están ahí, en nuestros quioscos,
librerías de la esquina, en los grandes almacenes. Estamos rodeados por textos
escritos para herir, molestar y dañar. También es verdad que “hace daño el que
puede” y este señor que no merecer tal título, yo creo, solo trabaja desde la
ignorancia. “Pobretico”.
Personalmente
no me molesta ni me hiere: no puede venir a España, un “come hamburguesas” que
no ha salido del “armario” a decirnos que él tiene la solución a un problema
que no lo es. La OMS (Organización Mundial de la Salud) llegó tarde. Muy pero que muy tarde, pues descatalogó la
homosexualidad como enfermedad en 1990, creo recordar. Pero este tío no puede
venir “como Pedro por su casa” provocando de manera tan gratuita. Aquí, en
España, hasta los muy muy machos se ponen camisas rosas para ir a la oficina y
van tan monos. Que empiecen los estadounidenses, que son gente maravillosa,
limpiando su “propia mierda” que no es poca y se dejen de gilipolleces, que
aquí, en el Viejo Mundo, estamos cansaditos de Mesías y falsos profetas.
Pero es que encima
la culpa no la tiene este imbécil. Si hay 4 millones de cretinos en España que
opinan como él. Si yo tenía un profesor de Psicología evolutiva en la
universidad –que tampoco voy a decir su nombre–, y de eso no hace tanto, que
tenía y tiene publicado un libro en el que propone una terapia de conversión de
homosexual a normal igualita, igualita que en la segunda temporada de American
Horror Story: Asylum.
Que oye, que
como novela histórica puede estar bien. Que esas cosan han pasado y no hace
mucho. Pero ya no podría ser este “mindundi” el que apareciera en la portada como autor, tendría que ser un historiador o algo así; alguien respetable.
Sinceramente
prefiero gastarme el dinero en Las predicciones para la próxima década
de Sandro Rey, en el que seguro
habrá más honestidad y verdad. Jejejeje.
Todos sabéis
a quién va dirigido este artículo, pues ale que le vayan dando por el “orto”,
como dirían los italiani, y que se vaya a vender su mierda a Wisconsin.
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