Lukas Podolski |
Cuando Thomas Hitzlsperger dijo públicamente
que era gay ya llevaba un año retirado del fútbol profesional y había estado a
un paso de casarse con su novia. No tardó tanto en hacerlo el estadounidense Robbie Rogers, ex jugador del Leeds,
quien anunció su retirada con 25 años después de desvelar su condición sexual.
A ellos se suman ocho futbolistas profesionales que habrían confesado a la Asociación de Futbolistas Profesionales
que no la hacen pública por miedo a la reacción de sus seguidores y los medios
de comunicación. Pero el caso más grave se remonta a 1998, cuando Justin Fashanu, primer futbolista de
élite que dijo públicamente que era homosexual, se suicidó.
En Reino
Unido han tardado en reaccionar ante este problema, pero lo han hecho, y en los
últimos años han empezado a trabajar para terminar con la lacra de la
homofobia, como también hacen con el racismo. Con este fin se ha lanzado #RainbowLaces, un fin de semana en el
que jugadores de Inglaterra y Escocia han llevado los cordones con los colores
del arcoíris, en una iniciativa que imita a la que tuvo lugar en Italia hace un
año y que fue un auténtico fracaso.
Desde GFSN, principal asociación de apoyo a
futbolistas gais de Reino Unido, se compara con la lucha contra el racismo. "Ha llevado 30 años expulsar el racismo
del fútbol y todavía vemos algunos incidentes. La homofobia va decreciendo, y
con estas campañas queremos contribuir a un fútbol libre de discriminación".
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