Activista agredido en Moscú. |
Uno de los
líderes del movimiento homosexual ruso, Nikolai
Alekseyev, fue detenido este sábado al intentar celebrar una marcha de
orgullo gay sin autorización del Ayuntamiento de Moscú.
Alekseyev fue atacado por unos activistas radicales ortodoxos cuando se
personó en la céntrica calle Tverskaya para celebrar el acto, según informan
medios locales.
Otros
defensores del movimiento homosexual acudieron en ayuda de su líder, tras lo
que se desató una pelea que obligó a las fuerzas del orden a bloquear el
tráfico en esa arteria que conduce a las inmediaciones del Kremlin.
También
fueron detenidos otros conocidos activistas homosexuales como Dmitri Enteo, que fue trasladado a
comisaría en un furgón policial, y varios ultranacionalistas que les
agredieron.
Recientemente,
Alekseyev reconoció que las
autoridades moscovitas le habían denegado por décimo año consecutivo la
autorización para celebrar la marcha de orgullo gay.
Con todo,
dijo que recurriría dicha decisión ante los tribunales, aduciendo que supone
una violación de los derechos humanos, y recalcó que "la marcha se celebrará en cualquier caso".
Desde 2006, Alekseyev ve rechazada su solicitud
para celebrar una marcha del orgullo gay, pese a lo cual algunos activistas
salen a la calle y se enfrentan a los ultranacionalistas y radicales ortodoxos,
lo que suele desembocar en choques violentos y detenciones.
Rusia
prohibió en 2013 la propaganda de la homosexualidad entre los menores de edad,
una ley que las minorías sexuales consideran una flagrante violación de su
libertad de expresión.
Según una
reciente encuesta, un 37 % de los rusos cree que la homosexualidad es una
enfermedad que se debe curar.
El artículo
121 del Código Penal de Rusia, que sancionaba con penas de cárcel las prácticas
homosexuales, no fue abolido hasta 1993, año en que también se dejó de
considerar la homosexualidad como una enfermedad mental.
Desde este blog condeno enérgicamente la actitud de Rusia ante la libertad de expresión y, ya puestos, condeno a Rusia por la reciente prohibición de dejar entrar en ese bendito país a 89 cargos europeos como represalia por las sanciones impuestas por Bruselas ante la postura de Moscú sobre el conflicto con Ucrania.
Y para acabar con mi condena a Rusia, no veo la necesidad de que ese país tenga que participar en eventos como Los JJ. OO., Mundiales de fútbol o Festival de Eurovisión si no respeta los derechos de una parte de la población. Extiendo este comentario a cualquier país en las mismas circunstancias.
Mi cabreo se ha acentuado cuando la canción representante de Rusia del pasado Festival de Eurovisión se ha quedado en segunda posición, máxime cuando, aparte de una sobreactuada intervención por parte de la intérprete rusa de una obra que es totalmente olvidable, veía cómo en muchos momentos de las votaciones se mantenía la primera y un gran número de países, entre ellos España, le daba muy buenas puntuaciones. Mi dolor aumentaba cuando miraba y no veía en el panel de países participantes a Ucrania.
Mi cabreo se ha acentuado cuando la canción representante de Rusia del pasado Festival de Eurovisión se ha quedado en segunda posición, máxime cuando, aparte de una sobreactuada intervención por parte de la intérprete rusa de una obra que es totalmente olvidable, veía cómo en muchos momentos de las votaciones se mantenía la primera y un gran número de países, entre ellos España, le daba muy buenas puntuaciones. Mi dolor aumentaba cuando miraba y no veía en el panel de países participantes a Ucrania.
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