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jueves, 24 de abril de 2014

Poema de Gilgamesh

Gilgamesh y Enkidu.
Una historia homoerótica de los antiguos sumerios.
Gilgamesh, rey de Uruk (llamado Ereck en Génesis 10:10), era un hombre muy bello que debido a que es dos tercios dios y un tercio humano, afligía a los ciu-dadanos de Uruk, con su insaciable apetito sexual sin distinción de sexo, copulaba tanto con mujeres y hombres. Así que los dioses crean a un héroe capaz de acabar con él, llamado Enkidu, un hombre igualmente hermoso, fuerte y con los cabellos largos, que es entrenado por una prostituta mandada también por los Dioses. Cuando Gilgamesh y Enkidu finalmente se encuentran, en un primer momento combaten con furor, pero luego se besan y conforman una  inseparable amistad. Después de unas de sus tantas aventuras juntos, Gilgamesh es observado por la diosa Ishtar, que queda prendada por la belleza del rey,  y le pide que fuera su hombre. Cuando él se niega, enfurecida, ella convence a los dioses para liberar el toro del cielo para matar a Gilgamesh. Sin embargo, Enkidu agarra el animal por la cola, mientras Gilgamesh empuja su cuchillo y mata a la gran bestia. Pero los dioses furiosos porque el gran toro ha sido asesinado, deciden que uno de los héroes debe morir, eligiendo a Enkidu. Y así, Enkidu se debilita y muere. Gilgamesh, fuera de sí por el dolor, cubre el rostro de su amigo "como una novia", arranca el pelo rizado en grupos, se arranca la ropa fina, y llora sin consuelo por la pérdida de su amigo. A partir de entonces, se pone en marcha para encontrar un camino a la vida inmortal, para poder reunirse con Enkidu.

Aunque muchos estudiosos han negado que exista un contenido homoerótico aquí, la intensidad y la exclusividad de su amistad, junto con el énfasis en su belleza, hace que este punto de vista sea difícil de mantener. 

La homosexualidad en la antigua Mesopotamia

Placa de la Antigua Babilonia (1.800 a. C.)
expuesta en el Museo Británico.
En el territorio de Mesopo-tamia, en Oriente Medio, surgieron las primeras civilizaciones de la Historia. Allí la práctica homosexual era aceptada en unas y castigada por otras.

Hace más de 5000 años, la primera civilización comenzaba a surgir en el lugar conocido históricamente como Mesopotamia (literalmente "entre dos ríos"), pues este territorio estaba entre los ríos Tigris y Éufrates. Actualmente corresponde a Iraq y parte de Siria. Esta primera civilización es conocida como Sumeria, 2500 años más antigua que la cultura griega.

Los historiadores y arqueólogos han descubierto que en Sumer ya existían relaciones homosexuales, tanto con jóvenes como entre hombres adultos. En algunos de los escritos más antiguos de la humanidad se habla de unos sacerdotes llamados assinu, literalmente "hombre útero", que sería el término con el que se referirían a los homosexuales masculinos. Seguramente, estos hombres poseerían una buena posición social.

En el relato épico del héroe Gilgamesh, personaje legendario de la cultura sumeria y posteriores, aparece una relación gay con uno de sus mejores compañeros, Enkidu.

En una de las posteriores civilizaciones dominantes de Mesopotamia, los Babilonios, aparece muchas más constancias históricas acerca de la existencia de la homosexualidad. De hecho, la experta Karen Rhea Nemet-Nejat en su libro "Daily Life in Ancient Mesopotamia" considera que las relaciones homosexuales eran algo habitual y no condenado.

La estrecha relación entre la religión mesopotámica y algunas prácticas sexuales, e incluso la prostitución religiosa, hacían que, evidentemente, la homosexualidad no estuviera mal vista. En los presagios sumerios de Shumma Alu se habla de los assinu y la prostitución masculina del siguiente modo: "si un hombre mantiene relaciones sexuales con un assinnu, quedará libre de desgracias".
Sin embargo, en la vecina civilización Asiria, la homosexualidad no estaba tolerada, al menos la masculina. De hecho, en el Código de Hammurabi (Museo del Louvre, París), es un código jurídico que data aproximadamente del 1760 a.C. donde aparecen leyes en contra de la homosexualidad.

En otros textos se han encontrado referencias más directas a los castigos que suponía ser gay en Asiria. El mejor ejemplo es éste que aparece en el libro anteriormente mencionado de Karen Rhea Nemet-Nejat: "Si un hombre ha yacido con su amigo y se prueban los cargos y se le encuentra culpable será castigado convirtiéndole en eunuco".