Monumento en Queronea en recuerdo a los caídos de Tebas |
El Batallón Sagrado era un cuerpo militar
profesional mantenido por el Estado, que en tiempo de paz protegía la ciudadela
de Cadmea y en época de guerra eran
la vanguardia del ejército. Tebas
exigía de los soldados de este batallón una dedicación total al ejército, del
cual ellos eran la élite. Estaba formado por los mejores y más valientes
hombres escogidos de entre las tropas tebanas y eran sometidos a duros
entrenamientos para que dieran la talla.
“Para
hombres de la misma tribu o familia hay poco valor de uno por otro cuando el
peligro presiona; pero un batallón cimentado por la amistad basada en el amor
nunca se romperá y es invencible; ya que los amantes, avergonzados de no ser
dignos ante la vista de sus amados y los amados ante la vista de sus amantes,
deseosos se arrojan al peligro para el alivio de unos y otros.”
Plutarco
Este selecto
cuerpo fue organizado por el aristócrata tebano Górgidas, pero será Pelópidas
quien lo convierta en batallón sagrado. Gracias a este grupo de élite Tebas ejercerá una fugaz hegemonía en
la compleja política helena del siglo IV a.C. Esta unidad estuvo formada por
300 hoplitas escogidos, todos masculinos, que combatían por parejas y que se
integraba en la poderosa falange tebana de la primera mitad del siglo IV a.C.
Varios autores antiguos coinciden en destacar los vínculos homosexuales que
unían entre sí a los miembros del Batallón
Sagrado. Una homosexualidad que les obligaba en el campo de batalla, al que
acudían junto a su amado, a no cometer un acto tachado de vergonzoso. Cada
guerrero se esforzaría todo lo posible por defender a su compañero, por
mostrarse valeroso y no deshonrarlo con su cobardía. Los soldados luchaban en
parejas y de esta forma lo hacían hasta la muerte por proteger a su amado o si
éste moría, luchaban por vengarle, lo que hacía que estas tropas escogidas
fuesen tremendamente eficaces. El sistema del agrupamiento por parejas se
mostró muy efectivo. Hasta el punto de que la propia legislación tebana
legitimaba, protegía y potenciaba este tipo de vínculos homosexuales, muy
extendidos en la propia ciudad. La homosexualidad no solo se toleraba, sino que
en determinadas circunstancias otorgaba cierto prestigio. Son numerosos los
casos de héroes de la antigua Grecia a los que se les conoce un compañero
masculino (Alejandro Magno, Aquiles…)
Las parejas estaban formadas por un miembro de mayor edad o “heniochoi” (conductor) y uno más joven o “paraibatai” (compañero). Les unía un juramento a través del cual se comprometían a permanecer hasta la muerte al lado del que era su “compañero/amante” tanto en el campo de batalla como fuera de él. Componían un ejército de gran movilidad y tremenda moral. Los pensadores socráticos pensaban desde hace muchos años que un ejército formado por tales uniones de amantes sería indestructible. Puede que no fuese así, pero todavía no se había dado el caso de que ninguno de ellos hubiera huido del combate, dejando a su compañero a merced del enemigo.
Las parejas estaban formadas por un miembro de mayor edad o “heniochoi” (conductor) y uno más joven o “paraibatai” (compañero). Les unía un juramento a través del cual se comprometían a permanecer hasta la muerte al lado del que era su “compañero/amante” tanto en el campo de batalla como fuera de él. Componían un ejército de gran movilidad y tremenda moral. Los pensadores socráticos pensaban desde hace muchos años que un ejército formado por tales uniones de amantes sería indestructible. Puede que no fuese así, pero todavía no se había dado el caso de que ninguno de ellos hubiera huido del combate, dejando a su compañero a merced del enemigo.
Gracias a su
novedoso sistema de ataque en formación oblicua en la batalla de Tegira, 375 a.C., se sobrepusieron a las invencibles
falanges lacedemonias. Actuando como un grupo compacto, mostraron su capacidad
de penetración en las fuerzas enemigas. Se convertirían así en una pieza básica
del ejército, transformándose en su principal brazo ejecutor, el ala izquierda
de la falange tebana. El fin del modelo exclusivamente hoplítico griego comenzó
en Leuctra (371 a.C.), cuando los
estrategas tebanos, al mando del ejército de Beocia, derrotaron a la clásica
falange espartana con un ejército numéricamente inferior. Éxitos llevados a
cabo gracias a la innovación táctica que consistía en disponer a la falange en
línea oblicua, y apoyada por la caballería. Leuctra había supuesto la primera derrota de Esparta en campo abierto. Hasta entonces consideradas la mejor
formación militar del mundo conocido.
El trágico
final del Batallón Sagrado se
produjo durante la batalla de Queronea
en el 338 a.C. En la que las ciudades-estado griegas se enfrentaban al invasor
macedonio, Filipo II y su hijo Alejandro Magno. Toda la infantería
griega cedió ante el empuje del ejército macedonio a excepción de amantes
tebanos que rodeados por las tropas de Alejandro decidieron resistir hasta el
final encontrando allí su muerte.
“Victorioso Filipo posó su mirada en los cadáveres y preguntó: quiénes son éstos
casi trescientos muertos abrazados entre sí hundidos y acoplados en muerte y en
amor.
Le respondieron:
son los de Tebas el Batallón Sagrado de Pelópidas de
amantes y de amados los viriles de Tebas
de la estirpe de Layo.
Filipo respondió:
Perezca el hombre que sospeche que estos hombres o sufrieron o hicieron algo
inapropiadamente.”
Plutarco
En Queronea se ordenó levantar un
monumento en recuerdo de los caídos de Tebas.
Cerca del monumento, encontrado durante una excavación en 1924, se halló
también una tumba comunal con 254 cuerpos colocados en siete filas. Lucharon
juntos, murieron juntos y descansaron juntos.
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