Destrucción de Sodoma y Gomorra. John Martin. 1832. |
Según el
relato de la Biblia en el capítulo 18 del Génesis
(Génesis 18), Dios reveló a Abraham
que destruiría Sodoma por medio de
fuego y azufre, porque su pecado era muy grave e irreversible, y solo Lot y su
familia podrían ser salvados. Abraham
intercedió por los justos de la ciudad, y Dios le repuso que no la destruiría
si, al menos, encontraba cincuenta justos en la ciudad. Dios, sin embargo,
permitió a Abraham interceder hasta
que se convenciera de que en Sodoma
no había ni diez justos.
El relato
continúa con la llegada de dos ángeles a casa Lot, sobrino de Abraham.
Pero antes de que se acostasen, los sodomitas cercaron la casa y exigieron que
les entregase a sus invitados para abusar de ellos. Lot se negó, y les ofreció a cambio sus dos hijas vírgenes, para
que se saciaran con ellas. La turba no aceptó e intentó romper la puerta, pero
los dos invitados cegaron a los asaltantes. Después dijeron a Lot que sacara a su familia de la
ciudad.
Los ángeles,
antes de retirarse, instruyeron a Lot
que pasara lo que pasara no se volviesen a mirar, puesto que quien lo hiciese
se convertiría en estatua de sal.
Una vez los
ángeles hubieran sacado de Sodoma a
la familia, Dios envió una lluvia de fuego y azufre que incineró completamente
la ciudad con sus habitantes, así como otras ciudades de la llanura. Uno de los
que acompañaba a Lot en la huida, su
mujer, se dio vuelta para mirar, y se convirtió en sal como se le había
indicado a Lot.
Como
herencia de la cultura judeo-cristiana, en varios idiomas occidentales se
utiliza el gentilicio «sodomita» para designar a quienes
practican diversas clases de aberraciones o parafilias sexuales, como por
ejemplo: sadomasoquismo, necrofilia, vampirismo, etc. Asimismo se ha utilizado
dicho término para designar la homosexualidad.
Pero no
queda claro que tales prácticas se realizaran en esas ciudades con la única y
exclusiva interpretación de los escritos. Los pecados por los que fue destruida
podrían estar relacionados con la falta de amor al prójimo.
Un pasaje
del profeta Ezequiel deja entrever esta connotación:
«He aquí que
esta fue la maldad de Sodoma tu
hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y
sus hijas; y no tendió la mano al afligido y al mendigo. Y se llenaron de soberbia
y abominaron de mi Ley.» Ezequiel
16:49-50
En el
versículo del Génesis no describe ninguna relación (no hay consentimiento) homosexual sino una violación, lo que
constituye claramente una malinterpretación. Ya que para la época, cuando se quería
humillar, por ejemplo, a los vencidos de una guerra, se recurría a la violación
sistemática de los varones y mujeres. Por lo tanto en este pasaje se puede
interpretar mejor como un acto de humillar al extranjero con una violación que
al acto de tener sexo homosexual per se.
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