domingo, 31 de mayo de 2015

Condena a los ataques a homosexuales en Rusia.

Activista agredido en Moscú.
Uno de los líderes del movimiento homosexual ruso, Nikolai Alekseyev, fue detenido este sábado al intentar celebrar una marcha de orgullo gay sin autorización del Ayuntamiento de Moscú.
Alekseyev fue atacado por unos activistas radicales ortodoxos cuando se personó en la céntrica calle Tverskaya para celebrar el acto, según informan medios locales.
Otros defensores del movimiento homosexual acudieron en ayuda de su líder, tras lo que se desató una pelea que obligó a las fuerzas del orden a bloquear el tráfico en esa arteria que conduce a las inmediaciones del Kremlin.
También fueron detenidos otros conocidos activistas homosexuales como Dmitri Enteo, que fue trasladado a comisaría en un furgón policial, y varios ultranacionalistas que les agredieron.
Recientemente, Alekseyev reconoció que las autoridades moscovitas le habían denegado por décimo año consecutivo la autorización para celebrar la marcha de orgullo gay.
Con todo, dijo que recurriría dicha decisión ante los tribunales, aduciendo que supone una violación de los derechos humanos, y recalcó que "la marcha se celebrará en cualquier caso".  
Desde 2006, Alekseyev ve rechazada su solicitud para celebrar una marcha del orgullo gay, pese a lo cual algunos activistas salen a la calle y se enfrentan a los ultranacionalistas y radicales ortodoxos, lo que suele desembocar en choques violentos y detenciones.
Rusia prohibió en 2013 la propaganda de la homosexualidad entre los menores de edad, una ley que las minorías sexuales consideran una flagrante violación de su libertad de expresión.
Según una reciente encuesta, un 37 % de los rusos cree que la homosexualidad es una enfermedad que se debe curar.
El artículo 121 del Código Penal de Rusia, que sancionaba con penas de cárcel las prácticas homosexuales, no fue abolido hasta 1993, año en que también se dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental.

Desde este blog condeno enérgicamente la actitud de Rusia ante la libertad de expresión y, ya puestos, condeno a Rusia por la reciente prohibición de dejar entrar en ese bendito país a 89 cargos europeos como represalia por las sanciones impuestas por Bruselas ante la postura de Moscú sobre el conflicto con Ucrania.
Y para acabar con mi condena a Rusia, no veo la necesidad de que ese país tenga que participar en eventos como Los JJ. OO., Mundiales de fútbol o Festival de Eurovisión si no respeta los derechos de una parte de la población. Extiendo este comentario a cualquier país en las mismas circunstancias. 
Mi cabreo se ha acentuado cuando la canción representante de Rusia del pasado Festival de Eurovisión se ha quedado en segunda posición, máxime  cuando, aparte de una sobreactuada intervención por parte de la intérprete rusa de una obra que es totalmente olvidable, veía cómo en muchos momentos de las votaciones se mantenía la primera y un gran número de países, entre ellos España, le daba muy buenas puntuaciones. Mi dolor aumentaba cuando miraba y no veía en el panel de países participantes a Ucrania.

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