miércoles, 20 de mayo de 2015

Historia de la homosexualidad en España. Los romanos.

Busto en mármol de Adriano. Siglo II.
Los romanos trajeron, junto a los demás elementos de su cultura, su moralidad sexual. En la sexualidad romana era más importante el estatus que la persona. Así, los hombres podían penetrar a esclavos, eunucos, prostitutos de la misma forma que a esclavas, concubinas o prostitutas. En cambio, ningún ciudadano de reputación dejaría que otro hombre lo penetrara, independientemente de la edad o el estatus. Esta moralidad fue usada por ejemplo contra César, cuyos supuestos escarceos con el rey de Bitinia estaban en boca de toda Roma. En general, en Roma dominaba una forma de homosexualidad muy similar a la practicada por los griegos.
El lesbianismo también era conocido, tanto entre mujeres femeninas que compartían el sexo con otras mujeres sin más, como el tribadismo, en el que mujeres de aspecto varonil desempeñaban actividades masculinas, incluyendo la lucha, la caza y la relación con mujeres.
Marco Valerio Marcial, un gran poeta y letrado hispanorromano, creció y se educó en Bílbilis (próxima a Calatayud), pero pasó gran parte de su vida en Roma. Allí caracterizó la vida romana en epigramas y poemas. En una primera persona ficticia habla de las costumbres sexuales y de recibir felaciones tanto de hombres como de mujeres.

Otro ejemplo es Adriano, uno de los emperadores romanos nacidos en Hispania, concretamente en Itálica (actual Santiponce). Fue emperador del 117 al 138. Tuvo a un famoso amante, Antínoo o Antonius, al que deificó y en cuyo honor, tras su muerte accidental en el Nilo, construyó la ciudad de Antinópolis o Antínoe en Egipto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario