Hirschfeld
presupone en su teoría de los estadios intermedios que todos los atributos
humanos se pueden abarcar con la dicotomía «masculino-femenino». Considera que
cada rasgo característico toma una expresión masculina o femenina: los órganos
sexuales, la estatura corporal, los huesos, el cráneo, la pelvis, las
articulaciones, la musculatura, la fuerza manual, la laringe, el pelo, la
respiración y la sudoración, el modo de andar y de saludar, la mímica, la
escritura, etc. Al individuo con solo rasgos masculinos lo define como
«totalmente hombre» (Vollmann) y al individuo con solo rasgos femeninos como
«totalmente mujer» (Vollweib).
Sin embargo,
ésos son para Hirschfeld solo tipos ideales, porque casi todos los humanos –en
distinto grado y según distintas combinaciones– poseen atributos tanto
«masculinos» como «femeninos».
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