El
entomólogo Donald Windsor definió la actuación de la bacteria Wolbachia con la
siguiente frase: Wolbachia mata a los machos, produce la 'inmaculada concepción' y quizás acelera también la especiación.
Wolbachia fue descrita por primera vez en 1924 por los científicos Hertig y Wolbach. La encontraron presente en diversos tejidos, sobre todo
en los reproductivos, del mosquito común Culex pipiens, y por eso a la
bacteria se la bautizó como Wolbachia pipientis. Aunque era un
endoparásito no parecía producir ninguna enfermedad ni nada interesante, así
que el descubrimiento se quedó en un nombre más para el catálogo de especies
bacterianas.
Veinticinco
años después, en la década de los 50, uno de los campos más candentes en la
investigación biológica era la genética. Y para ello se utilizaba a la mosca Drosophila
melanogaster. Pero también se intentaba utilizar otros insectos entre
ellos a los mosquitos del género Culex. Y ahí empezaron a observarse
cosas raras. Había ocasiones en que si se cruzaban dos cepas de la misma
especie de insecto no se generaba descendencia fértil. La razón era que había
una incompatibilidad citoplasmática entre los espermatozoides de una y los
óvulos de la otra. Pero nadie entendía el porqué de dicha incompatibilidad.
La respuesta
llegó en el año 1971 de la mano de los investigadores Janice Yen y Ralph Barr.
La culpable de dicha incompatibilidad era la bacteria Wolbachia. Si se cruzaban mosquitos macho infectados con hembras
infectadas se producía descendencia sin problemas. Si se cruzaban mosquitos
macho no infectados con hembras infectadas también se producía descendencia.
Pero cuando los mosquitos machos infectados se cruzaban con hembras no
infectadas, entonces no se producía descendencia. Janice Yen y Ralph Barr trataron
a los machos infectados con antibióticos que eliminaban a las Wolbachias, y luego comprobaron que sí
se producía descendencia al cruzarlos con hembras no infectadas.
¿Para qué le
sirve a Wolbachia causar la
incompatibilidad citoplasmática? Pues para favorecer la reproducción de las
hembras infectadas y así conseguir infectar a toda la población de insectos. Wolbachia es capaz de transmitirse
verticalmente, desde la madre a las crías. Eso explica por qué los mosquitos
machos no infectados se reproducían sin problemas con las hembras infectadas:
toda su descendencia estará infectada. Y también explica por qué no hay
descendencia entre machos infectados y hembras no infectadas. Wolbachia está presente en el depósito
de esperma del insecto, pero no en los espermatozoides maduros y mata a los
huevos fecundados si estos no provienen de una hembra infectada.
Cuando se
supo que Wolbachia era la
responsable de la incompatibilidad citoplasmática en los insectos muchos
investigadores se interesaron por ella y así se descubrió que era una pariente
de las Rickettsias, otro género de
bacterias endoparásitas y que está
relacionada evolutivamente con las mitocondrias presentes en las células
eucariotas.
Pero la
historia de Wolbachia no había hecho
más que empezar. La incompatibilidad citoplasmática es un fenómeno bastante
extendido, no sólo entre los insectos, sino también en gran parte de los otros
grupos de artrópodos. Así que los entomólogos y los microbiólogos aunaron
esfuerzos para determinar si dicha bacteria era la responsable de esos casos, y
se encontraron con que sí, pero que además era también la responsable de otros
fenómenos que alteraban la capacidad reproductiva de las poblaciones
infectadas, como por ejemplo:
- Matar a los machos infectados, con lo que las poblaciones poco a poco van quedando constituidas exclusivamente por hembras infectadas. Esta bacteria elimina el sexo. Llegados a ese punto las hembras pueden reproducirse mediante partenogénesis. Es el caso de las avispas del género Trichogramma.
- Feminización de los machos. En insectos la determinación sexual viene dada por una determinada producción de hormonas durante el desarrollo. Wolbachia es capaz de alterar esa producción y transforma a los machos en hembras, o en machos estériles.
La infección
por Wolbachia puede ser causa de un
aislamiento reproductivo entre poblaciones infectadas y no infectadas lo que
puede conducir a fenómenos de especiación, es decir, de aparición de nuevas
especies. Incluso se ha llegado a describir que Wolbachia puede ofrecer ventajas a su hospedador. En el caso de Drosophila,
se ha observado que las moscas infectadas son más resistentes a determinados virus
RNA.
Pero lo que
más llama la atención es la amplitud de la extensión de las infecciones de Wolbachia entre los artrópodos. Un 16%
de los insectos tropicales están infectados y se piensa que el porcentaje a
escala mundial es aún mayor. También están infectados otros grupos de
artrópodos como las arañas y los isópodos, e incluso se ha descrito en algunos
gusanos nematodos.
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