La noción de
“travestido” es un neologismo de Hirschfeld. Define el “trasvestismo” como
sigue:
«Se trata del impulso a aparecer en la
vestimenta exterior del sexo al cual una persona, según sus órganos sexuales
visibles, no pertenece. Hemos llamado esta pulsión trasvestista, de “trans”:
contrario y “vestitus”: vestido, aunque reconozcamos que este nombre remite
solo a la parte más evidente de la apariencia y menos al núcleo interno
puramente psicológico» (Hirschfeld, 1918).
En contra de
las opiniones de Krafft-Ebing, de Freud y de otros, Hirschfeld insiste en que
la “pulsión al disfraz” no sería como una forma de homosexualidad. Conforme a
sus investigaciones habría más o menos tantos travestidos heterosexuales como
homosexuales. Como prueba del carácter innato de esta pulsión Hirschfeld arguye
que las terapias psíquicas con los travestidos, al igual que con los
homosexuales, habrían fracasado. Deduce desde la analogía con la homosexualidad
el condicionamiento hormonal del trasvestismo: de manera semejante a lo que
sucede con los homosexuales se pueden reconocer en los travestidos diferentes
tipos característicos que “no se podrían explicar de otro modo que
glandularmente”.
Hirschfeld
constata que el vestido es de importancia vital para el bienestar corporal y
psíquico de los travestidos, Por eso plantea la cuestión de “si el médico no
solo tiene el derecho sino hasta la obligación de permitir, prescribir, el
cambio de vestimenta”.
A los
travestidos a quienes les importa la adaptación del nombre a la pertenencia
sexual aspirada los caracteriza Hirschfeld como “travestidos nominales”. Con el
abogado Walter Niemann se implica por la realización de este deseo. A
principios de los años 20 del siglo XX los travestidos masculinos y femeninos
pueden, con autorización administrativa,
cambiar su nombre original a un nombre sexualmente neutro como Alex, Toni o
Gert.
Los
colaboradores de Hirschfeld contribuyen también a que se introduzcan los
“certificados de travestido” y sean reconocidos por la policía. En estos
certificados se estipula que la mujer en cuestión es conocida como “portadora
de ropa de hombre” o el hombre en cuestión como “portador de ropa de mujer”.
Mientras
otros médicos y psicólogos intentan eliminar terapéuticamente el trasvestismo
de sus pacientes, Hirschfeld tiende a cumplir el deseo de los travestidos
(Terapia adaptativa). Intenta transformar el cuerpo de los travestidos mediante
una inyección de preparados orgánicos, (extractos de testículos o de ovarios)
en la dirección sexual deseada.
A finales de
los años 20 su colega Felix Abraham escribe un informe sobre la primera
operación de transformación genital efectuada con la colaboración de Ludwig
Lewy-Lenz.
Por regla
general hay una sucesión de etapas hacia el otro sexo: cambio de nombre,
certificado de travestido, operación.
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